LA MEJOR INVERSIÓN: LA MENTE
En
el apartado que escribí recientemente: “La magia de la experiencia”, relaté un poco
acerca del apalancamiento y sus beneficios. Es decir, de cómo podemos utilizar
la experiencia como una herramienta de aprendizaje que nos eleve a un nuevo
nivel de vida. En esto consiste la palabra apalancamiento y en esta nueva
entrada me propongo detallar formas significativas para utilizar e invertir en
la forma de apalancamiento más extraordinaria que existe: La Mente.
Si
analizamos la palabra descrita, una palanca es una pequeña herramienta que nos
permite hacer mucho más con menos fuerza. Con respecto a la mente, el experto
en educación financiera, Robert Kiyosaki ha propuesto que esta “es la
herramienta de apalancamiento más poderosa” y “lo que pensamos que es real se
convierte en nuestra realidad, en la mayoría de los casos”. En este caso, es
nuestra habilidad para cambiar, controlar y expandir nuestra realidad lo que
determina nuestro futuro y resultados esperados.
La
pregunta es: ¿Hacia dónde quieres llegar? ¿Cuáles son tus sueños u objetivos
más preciados? Eso es el principio de todo, saber que se desea.
Hasta
este momento pienso que todos en algún momento de nuestra vida deseamos
alcanzar algún objetivo o ser alguien, sin embargo, sentimos un desánimo cuando
no vemos los resultados deseados. Por eso es fundamental confiar en nuestra
mente para producir los beneficios que anhelamos.
Albert
Einsten mencionó en una ocasión que los problemas no se pueden resolver en el
mismo estado mental que teníamos cuando los creamos. Es decir, es necesario crecer
y enfrentar el problema desde otro nivel de perspectiva para solucionarlo.
De
la misma manera, por ejemplo, hoy me encuentro en un determinado nivel mental y
este nivel refleja lo que tengo a mí alrededor. Así que si deseo crecer en cualquier
aspecto, a decir, financieramente, personalmente, académicamente o
interpersonalmente, primeramente debo trabajar mi mente para encontrarme
preparado para las oportunidades que vendrán a partir de mis objetivos.
Te
comparto un ejemplo personal en el que espero puedas encontrar diversas formas
de apalancamiento mental que me han servido a mí para alcanzar algunos de mis
objetivos. Cuando yo estaba estudiando la secundaria y preparatoria era
sumamente tímido y cuando digo tímido lo digo SUBRAYADO. Sentía
un miedo tremendo cada vez que alguien se me acercaba para hablar conmigo,
cuando alguna compañera de clase me decía “hola” o cuando debía hacer alguna exposición
o presentación frente al grupo. Me llegaron a apodar Mr. Serious (Señor Serio).
Aún lo recuerdo y me da risa.
Por
más que trataba y trataba más me frustraba por no poder hablar en público o conversar
con alguien sin que las manos me sudaran exageradamente. Hoy te puedo asegurar
que la historia es diferente. Ya no me sudan las manos y no tiemblo cada vez
que alguien me dice “hola”.
La
razón principal por la que mi vida ha cambiado en ese sentido queda expresada
en las enseñanzas de T. Harv Eker. Yo deseaba obtener resultados pero no estaba
programando mi mente para obtenerlos. Eker recientemente citó las palabras de
Astrid Alauda que dijo: “Debemos nutrir nuestra mente de la misma manera que se
nutre un jardín”
Así
que yo empecé a nutrir mi mente. Comencé a buscar material en internet como libros,
publicaciones y audio-libros e invertía varias horas al día para leer, estudiar
y practicar aquello que aprendía. Fue una inversión a largo plazo pero me ha
rendido grandes satisfacciones. Gracias a esta inversión que hice en mi mente
pude disfrutar de una gran habilidad para comunicarme en público a través de
los siguientes años de servicio y estudios superiores, donde pude a la vez
gozar de excelentes oportunidades de liderazgo que no hubiera podido lograr en
el antiguo nivel mental de timidez y frustración que me encontraba.
Uno
de los principales métodos de apalancamiento mental está en la información que obtenemos
a través de la lectura. Esto es apalancarse en la experiencia de otras personas
expertas en aquellos temas que nosotros procuramos obtener.
A parte
de la lectura, pude apalancarme en videos de internet y buscando consejo de
aquellas personas que conocí en el transcurso de este tiempo.
Si
no me equivoco, fue Benjamin Franklin quien
dijo: “Invierte tu bolsillo en tu mente que tu mente llenará tu bolsillo”.
Espero
que podamos apalancarnos mentalmente cada día de nuestra vida. Gracias a ello
podremos disfrutar de grandes recompensas. Ningún sueño es demasiado grande
para quien sabe buscar y aplicar cualquier apalancamiento. Esto es la base de
este principio.
Por
el momento, gracias por invertir en tu mente este día y recuerda que solamente
una idea es la que te separa de tu destino.
Tu
Amigo,
Manuel
de la Cruz Escalante
Mil gracias por este post me ayudó muchísimo!! Bendiciones
ResponderBorrarBendiciones gracias por compartir tu experiencia
ResponderBorrarMuchas gracias por tu post!
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