sábado, 20 de julio de 2013

APALANCAMIENTO MENTAL


LA MEJOR INVERSIÓN: LA MENTE

 

En el apartado que escribí recientemente: “La magia de la experiencia”, relaté un poco acerca del apalancamiento y sus beneficios. Es decir, de cómo podemos utilizar la experiencia como una herramienta de aprendizaje que nos eleve a un nuevo nivel de vida. En esto consiste la palabra apalancamiento y en esta nueva entrada me propongo detallar formas significativas para utilizar e invertir en la forma de apalancamiento más extraordinaria que existe: La Mente.

Si analizamos la palabra descrita, una palanca es una pequeña herramienta que nos permite hacer mucho más con menos fuerza. Con respecto a la mente, el experto en educación financiera, Robert Kiyosaki ha propuesto que esta “es la herramienta de apalancamiento más poderosa” y “lo que pensamos que es real se convierte en nuestra realidad, en la mayoría de los casos”. En este caso, es nuestra habilidad para cambiar, controlar y expandir nuestra realidad lo que determina nuestro futuro y resultados esperados.

La pregunta es: ¿Hacia dónde quieres llegar? ¿Cuáles son tus sueños u objetivos más preciados? Eso es el principio de todo, saber que se desea.

Hasta este momento pienso que todos en algún momento de nuestra vida deseamos alcanzar algún objetivo o ser alguien, sin embargo, sentimos un desánimo cuando no vemos los resultados deseados. Por eso es fundamental confiar en nuestra mente para producir los beneficios que anhelamos.

Albert Einsten mencionó en una ocasión que los problemas no se pueden resolver en el mismo estado mental que teníamos cuando los creamos. Es decir, es necesario crecer y enfrentar el problema desde otro nivel de perspectiva para solucionarlo.

De la misma manera, por ejemplo, hoy me encuentro en un determinado nivel mental y este nivel refleja lo que tengo a mí alrededor. Así que si deseo crecer en cualquier aspecto, a decir, financieramente, personalmente, académicamente o interpersonalmente, primeramente debo trabajar mi mente para encontrarme preparado para las oportunidades que vendrán a partir de mis objetivos.

Te comparto un ejemplo personal en el que espero puedas encontrar diversas formas de apalancamiento mental que me han servido a mí para alcanzar algunos de mis objetivos. Cuando yo estaba estudiando la secundaria y preparatoria era sumamente tímido y cuando digo tímido lo digo SUBRAYADO. Sentía un miedo tremendo cada vez que alguien se me acercaba para hablar conmigo, cuando alguna compañera de clase me decía “hola” o cuando debía hacer alguna exposición o presentación frente al grupo. Me llegaron a apodar Mr. Serious (Señor Serio). Aún lo recuerdo y me da risa.

Por más que trataba y trataba más me frustraba por no poder hablar en público o conversar con alguien sin que las manos me sudaran exageradamente. Hoy te puedo asegurar que la historia es diferente. Ya no me sudan las manos y no tiemblo cada vez que alguien me dice “hola”.

La razón principal por la que mi vida ha cambiado en ese sentido queda expresada en las enseñanzas de T. Harv Eker. Yo deseaba obtener resultados pero no estaba programando mi mente para obtenerlos. Eker recientemente citó las palabras de Astrid Alauda que dijo: “Debemos nutrir nuestra mente de la misma manera que se nutre un jardín”

Así que yo empecé a nutrir mi mente. Comencé a buscar material en internet como libros, publicaciones y audio-libros e invertía varias horas al día para leer, estudiar y practicar aquello que aprendía. Fue una inversión a largo plazo pero me ha rendido grandes satisfacciones. Gracias a esta inversión que hice en mi mente pude disfrutar de una gran habilidad para comunicarme en público a través de los siguientes años de servicio y estudios superiores, donde pude a la vez gozar de excelentes oportunidades de liderazgo que no hubiera podido lograr en el antiguo nivel mental de timidez y frustración que me encontraba.

Uno de los principales métodos de apalancamiento mental está en la información que obtenemos a través de la lectura. Esto es apalancarse en la experiencia de otras personas expertas en aquellos temas que nosotros procuramos obtener.

A parte de la lectura, pude apalancarme en videos de internet y buscando consejo de aquellas personas que conocí en el transcurso de este tiempo.

Si no me equivoco, fue Benjamin Franklin  quien dijo: “Invierte tu bolsillo en tu mente que tu mente llenará tu bolsillo”.

Espero que podamos apalancarnos mentalmente cada día de nuestra vida. Gracias a ello podremos disfrutar de grandes recompensas. Ningún sueño es demasiado grande para quien sabe buscar y aplicar cualquier apalancamiento. Esto es la base de este principio.

Por el momento, gracias por invertir en tu mente este día y recuerda que solamente una idea es la que te separa de tu destino.

Tu Amigo,

Manuel de la Cruz Escalante